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31.10.03

El menú de ayer fue: patatas bravas, cerveza y besos

Y amanecí feliz

25.10.03

Voy escuchando el radio camino a la escuela, hay una canción familiar, ochentera pero familiar, alguien se acordaría de quien es, habría que preguntar, me choca quedarme con la duda, así que pregunto:

-¿Quien es esta?, la cantante, la que no es Pat Benatar
-Kate Bush
-¡Esa!

Dios, hay días en que la extraño tanto, que hasta tengo conversaciones imaginarias con ella.

23.10.03

“You gotta have teeth”

Hace dos días soñé que salía en un date con la cutie, estabamos en algún lugar, alguna plaza, no se. El punto es que a la hora de verme con ella me daba cuanta de que se me habían caído todos los dientes de abajo y a algún dentista retrasado, o simplemente pendejo, se le había ocurrido ponerme una prótesis hecha a base de puros dientes cariados.

Me desperté como en cliché de película de terror ochentera, de un grito, todo sudado y revisando que no gozara de una dentadura inglesa.

Hoy me desperté a las seis para darme cuenta de que mi primer clase era hasta las nueve. Me volví a dormir para soñar dulces sueños y acabé soñando con... Salinas, ayalachingadamadre, me desperté como si hubiera visto un maratón de Rigo Tovar, un brinco, diez gritos de pánico y sudor frío.

Mis pesadillas van de mal en peor.

22.10.03

Mi corazón solía ser un hotel de segunda, ellas entraban como desconocidas y se iban como clientes encabronadas. En recepción, el guardia de seguridad siempre decía que se volvieron a llevar las toallas.

Eso no fue hace mucho tiempo, pero las cosas han cambiado muy rápido.

Ayer no dije nada, absolutamente nada, pero aún así me las arreglé para volver a abrir la boca de mas, that´s good old Pablo for you all.

Mi corazón se ha vuelto una tienda departamental a la hora de cerrar. En la puerta, el guardia de seguridad da la nueva orden: “A ver, todo mundo pa´ afuera”

Hay que ver lo grandes que resultan ser los espacios vacíos.

21.10.03

Hoy tocan Ugly Duckling y Lirics Born en San Diego, van a estar en el Belly Up Tavern. Los primeros son mi banda favorita de Hip-Hop y el segundo es el MC de Blackalicious, una de las personas mas cabronas para rimar.

Este concierto va a estar tan chingón y yo voy a estar tan no ahí, sigo sin pasaporte y sin poder ver Kill Bill, ¡mierda!

20.10.03

El viernes mi vecina y yo le confesamos a una de sus amigas que ella era mi amor platónico, esto por supuesto era parte de una broma, pero, como detrás de todas las bromas, se escondía una triste realidad. Y no tiene nada que ver con esa morra, y es que hablando de afectos imposibles, me di cuenta de que mi vida romántica, o la falta de ella, ha sido una larga cadena de amores irrealizables.

Mi primer fracaso amoroso llegó cuando tenía cuatro años, no supe exactamente como sucedió, habrá sido cosa del verano en casa de mi abuela, a la morra y a mi nos unía la pasión pero nos separaban sus mocos. Se llamaba Amelia, y mas allá de la costra verde que se posaba sobre su nariz, también nos apartaban nuestras familias, ella era la hija del carnicero, algo no muy del agrado de mi abuela, digamos que era una mujer socialmente exigente quien me prohibió terminantemente esta relación. Amelia y yo decidimos llevar nuestro amor hasta las últimas consecuencias y emprendimos la huida tomados de la mano, aquí resulta importante explicar que a los cuatro años no tenía ni puta idea de la ubicación geográfica del pueblo de mi abuela, esto era, eminentemente, un viaje hacia lo desconocido. Y fue ante ese gran desconocido que todo llegó a un abrupto y violento final, ya habíamos logrado alcanzar los confines del pueblo, frente a nosotros la carretera se adentraba en un bosque de confieras, detrás de nosotros quedaba la aldea donde nació mi madre, frente a nosotros la esperanza, detrás de nosotros el pasado, frente a nosotros la ilusión, detrás de nosotros mi abuela corriendo con furia en la mirada y una vara de mimbre en la mano. Con la mano que le quedaba libre, mi abuela le puso nuevo rumbo a mis ilusiones, que ahora apuntaban en dirección de vuelta a la casa y muy probablemente sin cenar; con la otra mano se puso a agitar la vara de mimbre, es muy bonito el zumbido que hace el mimbre cuando lo agitas en el aire, no es nada bonito el efecto que tiene el mimbre sobre tu culo, especialmente si está acción se repite sin cesar durante el tiempo que nos tardamos en caminar el kilómetro cuesta arriba que nos separaba de la casa. Ahí se acabo todo, no suelo hablar del tema, solo mis primas que de vez en cuando me preguntan si todavía me acuerdo de la mocosa, hay cosas que te dejan marcado.

Tardé tiempo en recuperarme de eso, pero a los cinco años por fin conocí a otra niña que me hizo olvidar mi pasado, la veía todas las tardes y ella me era fiel, siempre estaba ahí a la misma hora con sus trencitas doradas y sus ojos azules, estaba enamorado de la sobrina del Inspector Gadget, nunca se lo dije, pensé en mi madre y en como se sentiría ella si de repente su hijo le confiesa su amor a una pantalla de televisión. Al final la relación no funcionó, no fue ella, fui yo, necesitaba espacio, tiempo para pensarlo. Bueno la verdad la dejé porque empezaron a pasar Thundercats y Felina me gustó mas, desde entonces me he sentido atraído por las mujeres con tablas de surf anti-gravedad.

Durante los años siguientes la lista de amores platónicos fue engordando pero todo empezó con la mocosa y esos dos amores bastante animados.


16.10.03

Entre el desmadre que hay en la casa, habrá que quitar algunos cadáveres de cerveza de la mesa y hacer algo de espacio para poner esto.

Los juegos de mesa se acaban de poner interesantes.


Hay algo acerca de la honestidad de la gente

Hace unos minutos todavía estaba en clase de investigación, un morro pasa al frente, el fajo de hojas que tiene en la mano es comparable al directorio telefónico de la Ciudad de México, me da miedo solo de pensar todo lo que puede llegar a durar la exposición.

-Bueno pues a mi me toco hablar este... de semiótica discursiva, y pues es algo que habla de... símbolos, y pues este... es así como cuando ves un comercial donde sale un bosque, que es algo que ponen para dar una imagen de... ¿frescura?, si, ¿no?. Y pues eso es lo que mas o menos entendí... de las primeras...

Voltea a ver las hojas y mueve la boca mientras hace cuentas mentales

-...cinco paginas.

Cuando pienso en la escuela me dan ganas de llorar.

14.10.03

Perdón, en verdad lo siento, no fui yo, fue mi mala alimentación.

Perdón a quienes se encontraban comiendo en el Sanborn’s Pabellón Altavista al termino del partido Pumas – Pachuca, lo siento mucho si algún niño quedo traumado por los sonidos que venían del baño, me arrepiento ante quienes olieron esos gases, pero sobre todo, pido perdón al pobre ser humano que tuvo que limpiar el cuarto escusado según se entra al baño de caballeros del Sanborn’s Pabellón Altavista, la tarde del catorce de septiembre, al termino del partido en Ciudad Universitaria.

Fue mi mala alimentación, fue la sobredosis de trotas ahogadas, fueron las papitas con chile afuera del estadio, fui yo.

Lo siento.

Con el segundo gol me harté y prendí el gamecube, los Pumas estaban jugando cada vez peor y remontar el marcador se veía imposible, al final lo fue. Al final terminaron perdiendo, no perdían desde hace rato, desde que los fui a ver a C.U.

Eso fue hace un mes.

Me desperté antes de salir el sol, tal vez fue el estar en una casa de curas, con su rutina religiosa y todo eso, o tal vez fueron los campanazos a las seis y media de la mañana provenientes de las dos iglesias que flanqueaban la casa, El hecho es que me tardé en volver a dormir, algo que resultó inútil para cuando sonó el llamado para misa de nueve. Fui el primero en bañarme, odio cuando la gente deja el jabón hecho una bola de pelos, me puse mi camiseta, la azul con el puma a la izquierda, cerquitita del corazón, donde se siente mas.

Media hora después estábamos caminando por la Roma, tan bonita que se veía la colonia llena de sus edificios afrancesados, el Dandi y yo vamos caminando hacia insurgentes llenos de orgullo azul y oro, es nuestra primera vez en C.U., también es la primera vez para Daniel, que nos acompaña lleno de vergüenza en los dos microbuses que nos llevaron por insurgentes hasta el México 68.

Compramos los boletos y yo me enamoro una y otra vez, nada mejor en esta vida que una mujer con la camiseta de Pumas, yo no se que voy a hacer cuando vaya a Riazor, van a tener que amarrarme.

Es difícil encontrar a alguien que realmente le guste el fútbol cuando vives en el norte, acá todo es béisbol, pero es todo un acto de desobediencia cívica irle a los Pumas, acá la gente solo sabe de las Chivas y del (puto)América. Lo había estado esperando durante años, esta fue la primera vez que entré a ese estadio y pude ver a miles de personas con la camiseta que he querido desde niño, fue la primera vez que cante el himno universitario, fue la primera vez que grite el Goya en C.U., fue, fue... catastrófico. Los pumas jugaron como idiotas, fallaron todo lo que podían fallar, venían enrachados y lo dejaron ir todo el día que fuimos a verlos. Para colmo los tres días anteriores en Guadalajara, comiendo nada mas que tortas ahogadas estaban empezando a causar mella en mi estomago y tuvimos que salir corriendo.

Al final, lo mejor fue que pude pasar el rato con dos de mis mejores compas.


11.10.03

Pasé por casa de mi madre el otro día y me pidió que la acompañara a recoger su nuevo carro al car-wash, la muy cabrona ya tiene dos y yo sigo a pie. Total que la acompaño, vamos en Fidel Romero, el Mitsubishi Expo blanco que ha tenido los últimos no se cuantos años, y al que bautizó así, primero, por haberlo comprado el día de San Fidel, y segundo, en honor a Monseñor Romero, hazme favor, solo los chilangos le ponen nombre a los carros. En fín, bajamos por la Negrete y damos vuelta en la calle 10, se detiene frente al car-wash, nos bajamos y ahí estaba el carro, lo estoy viendo, esta frente a nosotros, mis ojos abiertos, mi boca abierta, mi madre pregunta:

-¿Qué tal?
-Má’ ¿no te parece un poco... exagerado?
-¿No te gusta?
-Mamá, es un Narcomovil.
-Pues a mi me gusta.

Esto me lo dice mientras acaricia con ternura el cofre de su recién lavada Suburvan negra de vidrios polarizados.

10.10.03

Faltaba poco para llegar al D.F., el camion es un ETN de esos en los que tienes audífonos y puedes escuchar la radio, entonces es cuando sucede, pasábamos por La Marquesa, saliendo de Toluca, y entonces lo escuché, con su musiquita y todo.

Tu estás conmigooo
Yo estoy contigooo
Gracias Vicente Fox
Por la deeemooocraciaaa!!!

Worst jingle ever


Había llovido muy cabrón.

Voy en el camión rumbo al D.F., me asomo por la venta y veo un lago considerablemente grande, hay un par de tipos en una balsita de madera, muy bucólico todo. Me fijo un poco mas, y en el centro del lago hay un pilote de madera con unos cables a los lados, la punta de un poste de la luz, al final del lago se ve lo que queda de los sembradíos, muy trágico todo.

Había llovido muy cabron, si salió en las noticias, es solo que la gente no presto atención



Muy atenta suplica

Tijuana, Baja California, México 10/X/03

Señores de las grandes compañías farmacéuticas:

Por medio de la presente, les suplico de la manera mas humilde analicen el ADN de mi hermano y de mi roomate. Esto les será de gran ayuda a ustedes y a la sociedad en general, ya que podría significar el descubrimiento del gen culpable de que la gente no le baje al baño después de orinar. A cambio de este servicio estoy dispuesto a donar mi propio ácido desoxiribonucleico para ayudarlos a encontrar el gen que provoca que la gente pase semanas sin lavar los platos.

Quedo de ustedes muy atentamente.

Pablo Maañón Alonso

Lo importante es no querer huir de algo, de tu familia, de alguna relación imposible, o simplemente de una vida culera. Puedes tener mas de treinta años o haber estado en otra orden religiosa, y aunque eso reduce tus posibilidades, todavía te podrían aceptar. Aquí lo importante es que no estés huyendo de algo.

Me di cuenta de esto con solo verle la cara a un morro de los que se enteran cuando ya es tarde, cuando ya dijeron todo lo que tenían que decir, cuando ya no pueden hacer nada mas que esperar una segunda oportunidad para otra entrevista. Me di cuenta el sábado catorce de septiembre, como a eso de la una de la tarde en una casa de la colonia Polanco de Guadalajara.

La Polanco de Guadalajara se llama Polanco por el mismo motivo que todas las colonias jodidas tiene nombres como La Gloria o El Porvenir, y es que así por lo menos tienen algo bonito, aunque solo sea el nombre. Aquí va a ser la entrevista, solo una parada y nos vamos a comer tortas ahogadas, estas entrevistas pueden durar una, dos, o tres horas, me doy cuenta de esto por que quiero ir a comer tortas ahogadas, es mi tercer día en Guadalajara y lo que importa ahora no es lo que voy a comer, ni donde estoy, sino donde estaba hace ocho años.

Llegué a Tijuana en 1995, la noche antes de mi primer día de clases, esa noche jalé el colchón a través de mi cuarto vacío hasta el pie de la ventana en el tercer piso y dormí con la cabeza apuntando a las antenas de televisión. Hacía dos horas aún vivía en Ensenada, hacía dos horas estaba tan pedo como puede estarlo un adolescente, hacía dos horas que mi crush de toda la secundaria me había dicho que yo le había gustado siempre, esto me lo dijo, como sucede en estas cosas, demasiado tarde.

Me desperté para descubrir que ya no tenía al Racing, el Golf 88 guinda que había tenido en Ensenada, el que se ganó su apodo una noche por la Juárez a 90 millas con el escape roto, hice el trayecto de la recta a Playas en transporte público y me encontré con mi nueva escuela, me encontré también con alguien que, como yo, apenas había llegado a Tijuana, no tardamos en hacernos buenos amigos, una amistad que se mantuvo a pesar de todas las veces que me reprobó durante los dos años que fue mi maestro. Me doy cuenta que han pasado ocho años y que tres de sus alumnos estamos esperando en la sala de una casa en medio de la colonia Polanco a que termine la entrevista, han pasado ocho años y el mejor maestro que he tenido viaja por todo el país entrevistando a los morros que quieren ser jesuitas, es un trabajo cansado, pero cuando tienes el culo prestado no escoges en donde te sientas, así es la vida de cura.

Termina la entrevista y sale un morro de pelo desenmarañado, tiene una camiseta color vino y los ojos llorosos, “alguien no va a entrar a la compañía”, para el la entrevista duró toda una hora, para mi duró dos episodios del hombre araña en Nickelodeon, “que levante la mano al que lo acaban de rechazar”, detrás de el aparece mi compa y se despide del morro, del morro que se va, se va, y se fue.

Ahora si, ya que se acabó el trabajo ya se puede cotorrear a gusto, ya se puede echar carrilla, se puede ir a comer tortas ahogadas (tres días seguidos yeah!), y ya se puede, por supuesto, agarrar el camión al D.F. con mis dos compitas.

9.10.03

Me encuentro a mi mejor amiga.

-I’m sigle

Acaba de cortar con su novio de mas de tres años, ni modo, es hora de sacar el stand de psicólogo por 5¢ y pasar un día comiendo nieve de chocolate y viendo Casablanca.

Si algo he aprendido es que hay pocas cosas que puedes disfrutar cuando terminas una relación, y una de esas es Casablanca. Hay algo acerca de, Victor, Ilsa, Rick y (mi favorito) Renault, que cae bien cuando estas enamorandote y desenamorandote.

Irónicamente estoy escribiendo esto mientras tengo en las manos el VHS de The Texas Chainsaw Massacre, espero que a mi amiga no le moleste ver a Leatherface despedazando morros. Al fin y al cabo, ¿que chingados hacía Humphfrey Bogart con una gabardina en Marruecos?

7.10.03

-¿Cuantos te tiraron la onda?
-Cuatro, ¿a ti?
-También... ¡yeah!

Eso fue la segunda noche en Guadalajara, después de atravesar la pista de un bar gay, pero la noche empezó mucho antes.

Cuando salimos acababa de anochecer y llovía en una forma que solo puede llover fuera de Tijuana, por que si aquí tuviéramos una tormenta así, nos quedábamos sin ciudad.

Estábamos en el carro rumbo al cine y la visibilidad era cero, Ana pone un disco mientras nos dice que la mejor música para manejar en la lluvia es Tori Amos.

Play.

Y es verdad, el soudtrack se llevó bien con los rayos y dio para un buen rato mientras el carro buceaba por la ciudad.

Dos horas más tarde The League of Extraordinary Gentlemen resultó ser una mala película y una muy buena excusa para hablar de cualquier cosa, principalmente de que mala era la película, una excusa también, para salir a la calle cuando ya había escampado.

Unos minutos después aterrizábamos en La Santa, una cosa medio bar, medio restaurante. Al parecer, en algún momento estuvo de moda, y cuando la gente dejó de ir, los dueños hicieron circular el rumor de que era un bar gay, así que se volvió a poner de moda. Esta es una practica común en Guadalajara, con eso de que ahí se dan los machos.

Después de dos León y una Paseo Montejo ya estábamos en los carros, estábamos en un semáforo cuando sonó el inconfundible rechinido de unas llantas frenando en seco, estábamos bien sentados cuando el golpe llegó. Volteamos a ver lo que halla sido que quedó por ver, y ahí estaba, casi inmóvil, una pinche Explorer roja con placas de california, placas ochenteras, de las que tienen la puesta de sol hecha a base de rayitas, puta madre, nos vamos de puente a Jalisco pa’ que nos acabe chocando un pinche pocho.

Lo demás paso muy rápido, Carlos llego de inmediato, se bajó de su carro y justo cuando el imbecil de la Explorer se daba fuga, se colgó de su puerta y empezó a... ¿escupirlo?, pudo haber sido algo peligroso, pudo haber sido algo heroico, pero al final solo fue algo húmedo.

El golpe no fue nada grave, nos largamos a otro lugar, después de hablarle al seguro, como si nada hubiera pasado, después de dejar a un amigo de Ana, el morro no pegó la nuca al asiento y se convirtió en la única baja de la noche. Yo tenía muchas ganas de que no se muriera la cura esa noche, así que no prestaba mucha atención cuando del asiento de atrás se escuchaba una y otra vez “Creo que me esta saliendo una bola en el cuello”
-“A ver, no, no tienes nada”. Le contestaba el Dandi y como que medio lo tranquilizaba un rato. Por fin llegamos a su casa, adiós, mucho gusto, mas cuidado pa’ la próxima, y en cuanto se cerro la puerta sale la voz del Dandi.

-Buey, ese morro traía una pinche bolota en el cuello
-¿le dijiste?
-no, me cayó mal

Y no volvimos a hablar mas del asunto.

Esa noche fuimos al Angel’s, un antro gay donde nomás entrar ya había visto a tres lesbianas de las que aún tengo recuerdos. Fue una noche muy chingona, es raro cuando una amiga te pide que la acompañes al baño, es mas raro cuando le tienes que pedir a un amigo que te acompañe al baño, no, esperen, es mas raro ver a un montón de tipos maduros volverse locas al ritmo de Xuxa.

Nos quedamos hasta que cerraron, pero tuvimos que salir corriendo de una stalker que se consiguió Ana.

Era el final del segundo día en Guadalajara, hasta ahora había comido exclusivamente tortas ahogadas y bebido casi exclusivamente cerveza, ninguna morra me peló y cuatro batos me tiraron la onda.

Balance: Muy divertido.

1.10.03

Ayer, mientras trataba de hacer tarea, puse Brusfire Fairytales y con los audífonos en la cabeza me quede atascado en una canción.

Hoy, en plena ducha repaso mi primer noche en Guadalajara, y para hablar de esa noche, inevitablemente hay que hablar de música.

Ya hacía tiempo que no me podía quitar una rolita de la cabeza, y la neta ni quería sacarla, ahí estaba bien a gusto, por que sabes que hay algo alegre dentro de ti cuando Julio Preciado te esta recordando una y otra vez lo que Ramón Ayala te enseñó algún día: lo difícil que es llegar, y eso que ni que, si a estas alturas del ball game es imposible llegar a ellas, pero no por eso se va uno a achicopalar.

Ya antes de despegar, el Dandi se había manifestado airadamente en contra de que yo siguiera tarareando la canción en cuestión, bueno, ahora hagan de cuenta que acaban de pasar tres horas metidos dentro de un avión, conmigo al lado cantando un loop constante de esta hermosa obra musical, eso les dará una idea general de cómo estaban los ánimos de mi acompañante para la hora en que tocamos tierra, y no se hizo esperar su humilde petición de silencio.

-¡¡¡ya cállate a la vergaaaa!!!

Pero ya para esas alturas no había necesidad de decirlo, el día que me enteré del viaje apareció otra canción conspirando para derrocar a Julito Preciado del primer puesto de popularidad, solo estaba esperando el momento propicio para sacar los tanques a las calles y proclamar el inicio de su reinado. Ese momento llegó al aterrizar, al darme cuenta de donde estaba, el olor a tierra mojada fue como escuchar Grandola Vila Morena en el 74, la contraseña para el asalto, y como en el 74, el golpe de estado fue pacifico y fulminante, me había despertado con una canción y en menos de un minuto ya estaba otra en su lugar.

Estuve pensando en la canción camino a Las Fuentes, estuve pensando en la canción mientras estábamos en Las Fuentes, solo un pequeño descanso que nos otorgó el violinista para poder voltear hacia el Dandi y dictarle al ritmo de Gardel lo que se pierde por una cabeza.

El descanso acústico fue brevísimo, volví al folk de la rolita que se había adueñado de mi cabeza. Nos recogieron, pasó nuestra amiga por nosotros y mientras platicábamos, mi mente dejaba sonar todas las estrofas de la canción.

Estábamos en el carro de Ana escuchando Coldplay, y yo pensaba en otra canción que me hacía pensar que estaba en el carro de Ana escuchando Coldplay. Aquí es donde entra la estúpida frase de "vive el momento?". Pero hay gente con la que no puedes hacer eso, con la que te puedes olvidar de pensar en algo en especial y es mejor que divagues, por que hay personas que te bombardean de ideas frescas, de conversaciones interesantes, de preguntas que sirven para el mejor tripeo de tu vida, Antonella, una amiga de San Francisco me lo ha descrito como "personas con un sistema solar dentro de la cabeza", bueno, pues una de esas personas es Ana.

Dejamos las mochilas en casa de sus padres y esperamos a su hermano, uno de mis amigos del alma, alguien a quien desde que lo conocí lo tengo en el corazón, se llama Carlos, estuvimos juntos en la prepa, estuvimos juntos en atletismo, estuvimos juntos en comunicación, estuvimos juntos cuando se fue y desde entonces lo he extrañado. La gente suele tener problemas a la hora de entenderlo, por suerte yo me di cuenta desde un principio que a el (como a mi) es imposible entenderlo, así que me he ahorrado los problemas.

Se llegó la hora de salir por ahí, Carlos se quedó haciendo la tarea con la promesa de alcanzarnos después y Ana se dio a la tarea de sacarnos por la ciudad. Estuvimos en una terracita tomando Martinis, el lugar era de lo mas agradable y por suerte el sonido estaba en el extremo opuesto del lugar, lo que evitó que el Trance chilango que sonaba se tornara molesto, de hecho a momentos fue inaudible, la platica era muy buena y yo seguía con mi cancioncita en la cabeza, poco a poco el alcohol fue tomando efecto y nos lanzamos a ver a donde. En el carro buscábamos algún lugar sin hacer mucho caso a las señales de transito, mientras la música del CD quemado seguía dándonos material para tripear, cualquier momento es un buen momento para escuchar Beth Orton.

-Esa me encanta
-Por eso la puse

Mis gustos son sencillos y predecibles.

Dos bares cerrados mas tarde puse en claro mi intención de acabar la noche en el Veracruz, nos perdimos en el camino, y cuando por fin llegamos, la música del carro era Only you de Portishead, y yo con mi mismita rola en la cabeza. Entramos al Veracruz y la cosa cambió, en el lugar ya casi no había personas pero se mantenía lleno de Salsa en vivo y tres cervezas Indio para esta mesa por favor.

No se si fue el pisto, no se si fueron los ritmos salseros, o si fue el hecho de ser tres personas poco convencionales, pero acabamos en un salón de baile hablando de Dios, y aunque en ese momento no se dejo convencer, días mas tarde un cura me ayudo a decirle al Dandi lo que Ana y yo le tratábamos de explicar entre cerveza y baile, "creer en Dios y no creer en el, es exactamente la misma cosa". Como dije, somos personas poco convencionales.

Nos avisaron que iban a cerrar poco después de bailar un poco, y digo que bailamos poco no por que solo fuera una canción, sino por que en poco se parece lo que hicimos a bailar, tengo que reconocer que llegué al mundo con dos pies izquierdos, once dedos gordos y una especie de dislexia del ritmo que me ha dejado lisiado musicalmente hablando.

De regreso en el carro y algo Tory Amos, no necesito decir que yo seguía con mi cancioncita ¿verdad?. El Dandi se había semi-dompeado en el asiento trasero y nosotros pasábamos volando por Chapultepec.

-Pablo, ¿que dices?, ¿me paso ese semáforo?
-mmmm, si

Para cuando dije si, el semáforo ya estaba metros atrás

Llegamos a la casa y cada quien se fue a dormir, me tapé, acurruqué la cabeza en la almohada, y en medio del silencio, como si fuera tinitus, solo se escuchaba la cancioncita, y en que mejor momento, ya estaba en el corito del final.

"If you would only listen
You might just realize what you're missing
You're missing me"

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